El tapón de corcho ha sido durante mucho tiempo el método menos malo para tapar una botella de vino. Ha desempeñado su papel y sigue haciéndolo.
Pero no permite garantizar con certeza una conservación intacta del vino.
A principios de los años 80, Laurent Ponsot empezó a buscar una alternativa a este tapón. La primera idea era establecer cuál sería el tapón de corcho idóneo en cuanto a densidad, elasticidad y porosidad. De hecho, estos son los tres elementos más importantes y, sin embargo, totalmente aleatorios de un tapón a otro. Tras más de diez años de estudios, análisis y degustaciones, el tapón perfecto llegó y solo hubo que determinar los valores de estos tres componentes para tratar de copiarlos, sencillamente.
La tecnología de final del siglo XX permitió hacerlo y la empresa Guala, que después pasó a ser Ardea Seal, se encargó de producir estos obturadores tecnológicos.
Este tapón es ya una realidad y la sociedad Laurent Ponsot lo utiliza en todas sus botellas. Reacciona exactamente igual que un tapón de corcho, en caliente y en frío, permite que el vino respire, impide que se escape, lo protege, etc. Se acabaron el sabor a corcho y las variaciones entre dos botellas después del envejecimiento…
Ya no hace falta tumbar las botellas para humidificar el corcho… Y aunque sea de polímero, es totalmente reciclable… En resumen, nuestro obturador tiene todas las propiedades de un tapón natural, ¡pero sin sus defectos!
Además, nuestro tapón respeta el ritual de apertura de la botella, ya que se extrae con un sacacorchos tradicional, produciendo el «pop» habitual.
Solo hay asegurarse de que el tornillo del sacacorchos perfora el escudo para una extracción perfecta.
El tapón puede volver a colocarse posándolo sobre la parte superior del cuello y presionando para introducirlo.
Uno de los temas más controvertidos de la enología moderna, que cada vez cobra más importancia, es el que se refiere a la permeabilidad a los gases de los distintos obturadores que existen en el mercado, y más concretamente la determinación y el control de la transferencia de oxígeno desde fuera hacia dentro de la botella.
El principal problema, todavía no resuelto por las alternativas de tapones sintéticos convencionales (extrudido, coextrudido o moldeado), es el alargamiento del tapón una vez colocado en el cuello de la botella con el paso del tiempo.
De hecho, la fuerza de empuje radial ejercida por el tapón a lo largo del cuello de la botella, con la que se consigue la estanqueidad a los gases, disminuye cada vez más con el paso del tiempo. Eso incrementa considerable y peligrosamente la cantidad de oxígeno que atraviesa el sistema de taponado.
El concepto de tapón que utilizamos, gracias a la presencia de un chasis interno de tecnopolímero rígido de alta resistencia mecánica, combinado con un elastómero termoplástico expandido en la parte exterior, confiere al tapón una estructura que impide el alargamiento, ya sea debido a la fase de embotellado o a la presencia prolongada en el cuello de la botella. De este modo, se suprime la pérdida de interferencia progresiva entre el tapón y el cuello de la botella, así como el aumento de los intercambios gaseosos asociados al alargamiento, que daría lugar a la oxidación prematura del vino.
Hoy en día, tras numerosos estudios sobre la estructura de este tipo de tapón y sus consecuencias, el tapón Ardea Seal garantiza un intercambio de oxígeno bajo, comprendido en una horquilla muy ajustada que va de 0,009 a 0,018 cm3 de oxígeno / 24 horas. La diferencia entre estos dos valores se debe principalmente a la variación y a las imperfecciones del perfil interno de los cuellos de botella.
Está ya reconocido que las contaminaciones por las moléculas de la familia de los TCA o por determinados mohos son un claro problema para el corcho, mientras que los tapones alternativos presentan una gran inercia química. Con el fin de mejorar esta inercia y aportarle al vino una protección completa, se ha adaptado un auténtico escudo al tapón Ardea Seal. Este se compone de un tecnopolímero seleccionado por su elevada inercia química, con el fin de evitar totalmente cualquier posibilidad de precipitación de un componente en el vino. De hecho, es el material utilizado para fabricar los corazones artificiales.
El producto ha sido sometido por laboratorios de enología a las pruebas más rigurosas de envejecimiento y medición del oxígeno a lo largo del tiempo. Todos los ensayos se han hecho en comparación con tapones de corcho. Los resultados son excelentes y se inclinan a favor del tapón Ardea Seal tanto por sus prestaciones como por su constancia.
Así pues, tenemos la certeza científica de que este tapón posee las mismas capacidades que un hipotético tapón de corcho ideal para un envejecimiento a muy largo plazo.
1. Escudo
Función: elemento en contacto con el vino y agente de modulación de la permeabilidad al oxígeno
Material: tecnopolímero de inercia química nula
2. Chasis
Función: elemento rígido de soporte y contención
Material: tecnopolímero de alta rigidez
3. Chasis y escudo montados antes del moldeo del cuerpo
4. En gris, el cuerpo del obturador es moldeado en torno al chasis
Función: elemento de interferencia con el vidrio e interacción con el sacacorchos
Material: elastómero termoplástico