AL MISMO TIEMPO, LA EMPRESA LAURENT PONSOT DESARROLLA UNA ACTIVIDAD DE NEGOCIO QUE SIGUE LA TRADICIÓN DEL GRAN NEGOCIO BORGOÑÉS, ORIGEN DEL PRESTIGIO DE LOS VINOS DE NUESTRA REGIÓN.
De hecho, durante siglos, los viticultores cultivaban los viñedos, elaboraban el vino y los vendían en toneles a los negociantes, que se encargaban del cultivo, el embotellado y la comercialización. Fue ya en 1970 cuando comenzó en Borgoña el auge del embotellado en la propiedad, y así es como el negocio perdió en cierto modo su relevancia. Pero en Borgoña estamos asistiendo cada vez más a una renovación del gran negocio: la sociedad Laurent Ponsot es un modelo perfecto de ello.
Recurrimos a productores que producen excelentes uvas, y son ellos precisamente quienes se están convirtiendo en nuestra fuente de abastecimiento. Son nuestros proveedores predilectos de estas «materias primas» indispensables para la creación de unos caldos únicos.
La sociedad Laurent Ponsot no es ni un «domaine» ni una «maison»: es una filosofía.
Por eso hemos elegido un logo que representa esta voluntad de ser a la vez viticultores y negociantes. Se inspira en esta doble pertenencia al mundo del viñedo y al del vino.
El verde de la L se inspira en el color de las hojas tiernas de la viña que brotan de las yemas mientras que el gris oscuro de la P evoca la penumbra de las bodegas. La L baja del cielo y la P hunde sus raíces en el terruño. Las barras horizontales de ambas letras están abiertas al mundo: es la marca del negociante.
PARA NOSOTROS, SER NEGOCIANTE ENCARNA LA VOCACIÓN DE UN ABASTECIMIENTO CUIDADO Y COMPROMETIDO PARA PRODUCIR VINOS DE ALTA COSTURA.